viernes, 5 de abril de 2019

Solo un momento



Después de un día agotador, 
un abrazo cálido
puede cambiarlo todo.






Tengo frío.
Y la mar está en calma.






sábado, 3 de noviembre de 2018

Una mañana nevada de otoño







Avanzo despacio, no me obsesiono con frases
ni busco palabras mágicas que agraden a quien quiera oírme.
Y lo llevo bastante bien cuando una frase no desea salir como yo quiero.
Simplemente la dejo ir.
No dejo pasar varios minutos para volver a ella 
y encontrarle el cuerpo y ordenarle los huesos.
Buceo entre mis palabras, no ahondo en ellas
ni las investigo hasta verles las entrañas.
Al contrario, respiro y me distancio,
hasta que son ellas las que salen a buscarme.
Entonces me ordeno, controlo mis impulsos,
buscando la manera más correcta de ordenarlas.
Es cuando disfruto de verdad.
Y lo maravilloso de todo esto es saber que soy como quiero ser. 







Quería describir lo que he sentido al volver a ver a Beicon.
Pero las palabras no han querido salir.
Solo puedo decir que nos hemos reconciliado.







Está tremendo y precioso, ¿verdad?






viernes, 26 de octubre de 2018

La esperanza tiene plumas







La esperanza es esa cosa con plumas
que se posa en el alma,
y sin palabras su canción entona,
y no calla jamás.
-Emily Dickinson-





Una de sus plumas me ha dejado el pequeño pájaro.





domingo, 26 de agosto de 2018

El destino en un antojo

  


Los dos metros se pararon.
Y tú sentado mirando.
Sentada en el tren contrario
también te estaba mirando.
Sonreíste, sonreí y supe
que no estaba soñando.
Probé a cerrar los ojos
por ver si te evaporabas
y el destino en un antojo
te mantuvo en la ventana.
María, dije en silencio.
Luego volví a sonreír
y me di la vuelta en vuelo
pintando en el aire olores
revueltos como pañuelos.
Silbó el metro y de repente
entre la gente me fui
junto a tu ventana.
María, dije en silencio.
María, sencillamente. 






He destrozado tus versos, poeta.
Con ese sentimiento tan mío, tan desde las entrañas...





miércoles, 15 de agosto de 2018

Jamás se regresa...




No te enamores de una mujer que lee,
de una mujer que siente demasiado, 
de una mujer que escribe.
No te enamores de una mujer culta, 
maga, delirante, loca.
No te enamores de una mujer que piensa, 
que sabe lo que sabe y además sabe volar; 
una mujer segura de sí misma.
No te enamores de una mujer que se ríe 
o llora haciendo el amor,
que sabe convertir en espíritu su carne; 
y mucho menos de una que ame la poesía, 
o que se quede media hora contemplando una pintura 
y no sepa vivir sin la música.
No te enamores de una mujer a la que le interese la política 
y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias.  
Una que no le guste nada ver la televisión. 
Ni una mujer que es bella sin importar las características 
de su cara y de su cuerpo. No te enamores de 
una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente.
No quieras enamorarte de una mujer así.
Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, 
se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella,
de una mujer así, jamás se regresa...
-Martha Rivera Garrido-




 


 No le hagas caso y abrázame hasta que huela como tú.






sábado, 11 de agosto de 2018

Tierno camuflaje








Esta mañana quería contarte que me he levantado temprano.
Que la lluvia de ayer ha bajado la temperatura, y el sol es más claro.
Quería contarte que no me he puesto guantes para sujetar las pocas tomateras que seguían esperándome, porque con la tierra mojada es muy fácil clavar las cañas sin llevarme sus astillas.
Y porque hace unos días me dijeron cómo quitar esas manchas oscuras que tiñen la piel cuando tocas sus hojas.
Abres un tomate verde, te frotas con su pulpa y la piel recupera su color.

Quería contarte que mientras miraba los tomates recordaba dos panes, de esos redondos y pequeños, calentitos, rellenos de tomate, cebolla y sardina desmigada, con aceite del bueno, un puñadito de perejil y un ajito muy picado.
Que me encantaría probarlo contigo entre los rosales, sentados a la sombra de los olivos.
Y que tú eligieras qué nos bebemos.

Esta mañana quería contarte que me atraganto con tantas cosas que no puedo contarte cuando no estás.






“Después de todo, te confieso que buena parte de esta carta un poco loca es algo así 
como un tierno camuflaje para disimular una sola verdad: te extraño.” 
- Mario Benedetti -

 



 

martes, 17 de julio de 2018

La vida secreta de los árboles







Nunca he necesitado mucho. 
Una sonrisa, una caricia,
una ráfaga de aire fresco,
el canto de los pájaros, 
el despertar de las flores,
un pequeño bosque,
y conocer íntimamente el corazón de los árboles.

Ahora siento que estoy creciendo tan fuerte como un árbol,
rebosante de colores,
y tan frágil como un pájaro,
mientras te rizas a mi alrededor
como un helecho en primavera.






Me gusta que sepas que fue exquisita 
la sensación de tocar tu alma antes de tocar tu piel.






 Molière decía que los árboles que tardan en crecer llevan la mejor fruta.